Galletas de Leche Condensada

Introducción

Las galletas de leche condensada son una delicia irresistible para quienes disfrutan de postres sencillos, suaves y llenos de sabor. Esta receta, que combina la cremosidad de la leche condensada con la textura ligera de las galletas caseras, es perfecta para cualquier ocasión, ya sea para acompañar una taza de café o como un dulce regalo. Además, estas galletas son fáciles de preparar, lo que las convierte en una excelente opción para quienes buscan hacer algo rápido y delicioso.

Resumen de la receta

Estas galletas tienen una base de leche condensada que, junto con la mantequilla, crea una textura suave y esponjosa. El toque de vainilla y la pizca de sal equilibran el dulzor de la leche condensada, mientras que la harina y el polvo de hornear les dan la estructura perfecta. Con pocos ingredientes y una preparación sencilla, estas galletas son ideales tanto para principiantes como para expertos en la cocina.

Historia y Origen

La leche condensada es un producto que se ha utilizado en la repostería desde el siglo XIX, cuando fue inventada para conservar la leche por más tiempo sin necesidad de refrigeración. A lo largo de los años, se ha convertido en un ingrediente clave en muchas recetas de postres en todo el mundo. Las galletas de leche condensada son un ejemplo clásico de cómo este ingrediente puede transformar una receta simple en algo verdaderamente delicioso. Aunque no tienen un origen específico, estas galletas son populares en muchos países, especialmente en América Latina, donde la leche condensada es un básico en la repostería casera.

Ingredientes:

  • 1 pizca de sal
  • 1 huevo
  • 300 g de harina de trigo
  • 1 lata de leche condensada (aproximadamente 397 g)
  • 125 g de mantequilla a temperatura ambiente
  • 1 cucharadita de polvo de hornear
  • 1 cucharadita de esencia de vainilla (opcional)

Instrucciones:

1. Precalentar el horno:

  • Preparar el horno: Antes de comenzar a mezclar los ingredientes, precalienta el horno a 180°C (350°F) para que esté a la temperatura adecuada cuando las galletas estén listas para hornearse.
  • Preparar la bandeja: Engrasa una bandeja para hornear con mantequilla o cubre la superficie con papel pergamino para evitar que las galletas se peguen durante la cocción.

2. Mezclar la mantequilla y la leche condensada:

  • Batir la mantequilla: Coloca la mantequilla en un bol grande y bátela hasta que esté suave y cremosa. Este paso es clave para conseguir una masa aireada y ligera.
  • Agregar la leche condensada: Una vez que la mantequilla esté bien batida, incorpora la leche condensada. Bate hasta obtener una mezcla homogénea y cremosa. La leche condensada le dará a las galletas su característica suavidad y dulzor.

3. Incorporar el huevo y la vainilla:

  • Añadir el huevo: Rompe el huevo y agrégalo a la mezcla de mantequilla y leche condensada. Bate nuevamente hasta que el huevo esté completamente integrado.
  • Agregar la vainilla (opcional): Si decides usar esencia de vainilla, este es el momento de incorporarla. La vainilla aportará un aroma y sabor extra a las galletas, aunque es opcional.

4. Integrar los ingredientes secos:

  • Tamizar los ingredientes secos: En otro recipiente, tamiza la harina, el polvo de hornear y la pizca de sal. Este paso es importante para evitar que se formen grumos en la masa y asegurar que los ingredientes se mezclen de manera uniforme.
  • Incorporar los ingredientes secos: Poco a poco, añade los ingredientes secos a la mezcla de mantequilla, huevo y leche condensada. Mezcla bien después de cada adición hasta que la masa esté suave. Si la masa resulta demasiado pegajosa, puedes agregar un poco más de harina, pero con cuidado de no excederte para que las galletas no pierdan su suavidad.

5. Formar las galletas:

  • Formar bolitas de masa: Con la ayuda de una cuchara, toma pequeñas porciones de masa (aproximadamente del tamaño de una nuez) y forma bolitas con las manos.
  • Acomodar en la bandeja: Coloca las bolitas de masa sobre la bandeja para hornear, dejando un espacio suficiente entre ellas para que puedan expandirse durante la cocción.
  • Aplastar ligeramente: Si lo deseas, puedes aplastar ligeramente las bolitas con un tenedor para darles una forma decorativa. Este paso también ayuda a que las galletas se cocinen de manera más uniforme.

6. Hornear las galletas:

  • Hornear: Coloca la bandeja en el horno precalentado y hornea durante 10-12 minutos, o hasta que los bordes de las galletas estén ligeramente dorados. Es importante no sobrecocerlas, ya que se endurecen al enfriarse.
  • Enfriar: Una vez que las galletas estén listas, retíralas del horno y déjalas reposar en la bandeja durante unos minutos. Luego, transfiérelas a una rejilla para que se enfríen completamente antes de servirlas. Las galletas estarán blandas al salir del horno, pero se endurecerán al enfriarse.

Sugerencias de Acompañamiento:

  • Con café o té: Estas galletas combinan perfectamente con una taza de café o té, ya que su dulzor complementa bien las bebidas calientes.
  • Con leche fría: Para los más pequeños (y no tan pequeños), acompañar estas galletas con un vaso de leche fría es la combinación perfecta.
  • Helado: Otra opción es servir estas galletas con una bola de helado, lo que añade un contraste refrescante y cremoso a la textura suave y dulce de las galletas.

Variaciones de la receta:

  • Galletas con chispas de chocolate: Si te gusta el chocolate, puedes añadir chispas de chocolate a la masa antes de hornearlas para darles un toque extra de sabor.
  • Galletas de limón: Añade ralladura de limón o un poco de jugo de limón a la masa para hacer una versión más cítrica y refrescante.
  • Galletas rellenas de mermelada: Otra variación es hacer un pequeño hueco en el centro de cada bolita de masa y rellenarlo con mermelada antes de hornear. Esto le dará un toque frutal muy interesante a las galletas.

Beneficios para la salud:

  • Leche condensada: Aunque es rica en azúcares, la leche condensada también aporta proteínas y calcio, que son esenciales para la salud ósea.
  • Mantequilla: En cantidades moderadas, la mantequilla puede ser una fuente de energía rápida y también contiene vitaminas liposolubles como la A, D y E.
  • Harina de trigo: La harina de trigo es una fuente importante de carbohidratos, que proporcionan la energía necesaria para el funcionamiento diario del cuerpo.

Preguntas frecuentes:

1. ¿Puedo sustituir la mantequilla por margarina o aceite?
Sí, puedes utilizar margarina en lugar de mantequilla, aunque el sabor puede cambiar ligeramente. También es posible usar aceite, pero la textura será diferente, más crujiente en lugar de suave.

2. ¿Cuánto tiempo se conservan las galletas?
Las galletas se conservan bien en un recipiente hermético a temperatura ambiente durante unos 4-5 días. También puedes congelarlas y durarán hasta un mes.

3. ¿Puedo hacer la masa con anticipación?
Sí, puedes preparar la masa con anticipación y guardarla en el refrigerador durante un máximo de 2 días. Cuando vayas a hornear, saca la masa del refrigerador y deja que se ablande un poco antes de formar las galletas.

4. ¿Es necesario usar esencia de vainilla?
No, la esencia de vainilla es opcional. Si no la tienes o prefieres no usarla, las galletas seguirán siendo deliciosas.

Conclusión

Las galletas de leche condensada son una opción perfecta para quienes buscan un postre fácil de hacer y lleno de sabor. Su textura suave y el toque dulce de la leche condensada las hacen irresistibles, ideales para disfrutar en cualquier momento del día. Ya sea que las prepares para una ocasión especial o simplemente para disfrutar con una bebida caliente, estas galletas seguro se convertirán en una de tus favoritas. Además, puedes personalizarlas con diferentes ingredientes y crear tus propias versiones, haciendo de esta receta una base versátil para experimentar. ¡Anímate a prepararlas y sorprende a todos con su delicioso sabor!

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Galletas de Leche Condensada


  • Author: Sofia

Ingredients

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  • 1 pizca de sal
  • 1 huevo
  • 300 g de harina de trigo
  • 1 lata de leche condensada (aproximadamente 397 g)
  • 125 g de mantequilla a temperatura ambiente
  • 1 cucharadita de polvo de hornear
  • 1 cucharadita de esencia de vainilla (opcional)

Instructions

. Precalentar el horno:

  • Preparar el horno: Antes de comenzar a mezclar los ingredientes, precalienta el horno a 180°C (350°F) para que esté a la temperatura adecuada cuando las galletas estén listas para hornearse.
  • Preparar la bandeja: Engrasa una bandeja para hornear con mantequilla o cubre la superficie con papel pergamino para evitar que las galletas se peguen durante la cocción.

2. Mezclar la mantequilla y la leche condensada:

  • Batir la mantequilla: Coloca la mantequilla en un bol grande y bátela hasta que esté suave y cremosa. Este paso es clave para conseguir una masa aireada y ligera.
  • Agregar la leche condensada: Una vez que la mantequilla esté bien batida, incorpora la leche condensada. Bate hasta obtener una mezcla homogénea y cremosa. La leche condensada le dará a las galletas su característica suavidad y dulzor.

3. Incorporar el huevo y la vainilla:

  • Añadir el huevo: Rompe el huevo y agrégalo a la mezcla de mantequilla y leche condensada. Bate nuevamente hasta que el huevo esté completamente integrado.
  • Agregar la vainilla (opcional): Si decides usar esencia de vainilla, este es el momento de incorporarla. La vainilla aportará un aroma y sabor extra a las galletas, aunque es opcional.

4. Integrar los ingredientes secos:

  • Tamizar los ingredientes secos: En otro recipiente, tamiza la harina, el polvo de hornear y la pizca de sal. Este paso es importante para evitar que se formen grumos en la masa y asegurar que los ingredientes se mezclen de manera uniforme.
  • Incorporar los ingredientes secos: Poco a poco, añade los ingredientes secos a la mezcla de mantequilla, huevo y leche condensada. Mezcla bien después de cada adición hasta que la masa esté suave. Si la masa resulta demasiado pegajosa, puedes agregar un poco más de harina, pero con cuidado de no excederte para que las galletas no pierdan su suavidad.

5. Formar las galletas:

  • Formar bolitas de masa: Con la ayuda de una cuchara, toma pequeñas porciones de masa (aproximadamente del tamaño de una nuez) y forma bolitas con las manos.
  • Acomodar en la bandeja: Coloca las bolitas de masa sobre la bandeja para hornear, dejando un espacio suficiente entre ellas para que puedan expandirse durante la cocción.
  • Aplastar ligeramente: Si lo deseas, puedes aplastar ligeramente las bolitas con un tenedor para darles una forma decorativa. Este paso también ayuda a que las galletas se cocinen de manera más uniforme.

6. Hornear las galletas:

  • Hornear: Coloca la bandeja en el horno precalentado y hornea durante 10-12 minutos, o hasta que los bordes de las galletas estén ligeramente dorados. Es importante no sobrecocerlas, ya que se endurecen al enfriarse.
  • Enfriar: Una vez que las galletas estén listas, retíralas del horno y déjalas reposar en la bandeja durante unos minutos. Luego, transfiérelas a una rejilla para que se enfríen completamente antes de servirlas. Las galletas estarán blandas al salir del horno, pero se endurecerán al enfriarse.

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