1. Precalienta el horno: Precalienta tu horno a 200°C con calor arriba y abajo. Este paso es esencial para que la tarta adquiera esa textura suave y cremosa con una capa exterior ligeramente quemada.
2. Mezcla el queso y el azúcar: En un bol grande, coloca el queso crema y el azúcar. Bate los dos ingredientes juntos utilizando una batidora de mano o una espátula, hasta que obtengas una mezcla suave y sin grumos. Este paso es importante para que el azúcar se integre completamente en el queso y no queden cristales que puedan alterar la textura de la tarta.
3. Incorpora los huevos: Añade los huevos uno por uno a la mezcla de queso y azúcar. Bate ligeramente después de agregar cada huevo, solo lo suficiente para que se integren. Es importante no batir en exceso, ya que esto podría introducir demasiado aire en la mezcla, lo que afectaría la textura final de la tarta.
4. Añade la nata y la harina: Incorpora la nata líquida para montar a la mezcla de queso, huevos y azúcar. Remueve bien para que se distribuya de manera uniforme. Tamiza la harina sobre la mezcla para evitar grumos y mézclala hasta que esté completamente integrada y tengas una masa homogénea.
5. Prepara el molde: Forra un molde desmontable de 24 cm de diámetro con papel de horno. Asegúrate de que el papel sobresalga por los bordes, ya que la mezcla de la tarta es bastante líquida y esto evitará que se derrame durante el horneado.
6. Vierte la mezcla: Vierte la mezcla de queso en el molde preparado con el papel de horno. Asegúrate de que la mezcla quede distribuida de manera uniforme.
7. Hornea la tarta: Coloca el molde en el horno precalentado y hornea durante 40-50 minutos. La parte superior de la tarta debe quedar dorada y ligeramente quemada, pero el centro aún debe estar algo blando cuando agites ligeramente el molde. Si prefieres una tarta con una textura más firme, puedes dejarla unos minutos más en el horno, pero ten cuidado de no sobrecocinarla.
8. Deja enfriar: Saca la tarta del horno y deja que se enfríe a temperatura ambiente. Luego, si lo prefieres, puedes refrigerarla durante varias horas o toda la noche antes de servirla. Esto ayudará a que la tarta adquiera una textura más compacta y fácil de cortar.
9. Sirve y disfruta: La Tarta de Queso La Viña está deliciosa tanto a temperatura ambiente como fría. Su textura cremosa y su sabor suave hacen que sea perfecta para cualquier ocasión.

Tiempo de cocción:

40-50 minutos, más el tiempo de enfriado.