Paso 1: Preparar la mezcla básica

1. En un bol grande, agrega el huevo, el aceite de oliva, el zumo de naranja, el azúcar y la ralladura de naranja. Bate todos estos ingredientes hasta que estén bien integrados.
2. A continuación, añade el sobre de levadura en polvo y una pizca de sal. Mezcla nuevamente hasta que la levadura se disuelva por completo en la mezcla.

Paso 2: Incorporar la harina

1. Comienza a incorporar la harina tamizada poco a poco. Es recomendable añadirla en varias tandas para evitar que se formen grumos.
2. Amasa la mezcla suavemente hasta que consigas una masa homogénea y lisa. Es importante no sobretrabajar la masa para que las rosquillas queden esponjosas.

Paso 3: Dejar reposar la masa

1. Forma una bola con la masa y cúbrela con un paño limpio.
2. Deja reposar la masa durante unos 30 minutos en un lugar fresco. Este paso permite que la levadura haga su trabajo y que la masa tome cuerpo.

Paso 4: Formar las rosquillas

1. Una vez que la masa ha reposado, divídela en pequeñas porciones.
2. Forma tiras con cada porción de masa y une los extremos para darle la forma clásica de las rosquillas. Procura que tengan un tamaño uniforme para que se horneen de manera pareja.

Paso 5: Preparar las rosquillas para el horno

1. Coloca las rosquillas en una bandeja de horno forrada con papel vegetal, dejando espacio entre ellas para que puedan expandirse.
2. Bate ligeramente la clara de huevo con un tenedor y pinta la superficie de cada rosquilla con esta mezcla. Esto les dará un brillo dorado al hornearlas.
3. Si lo deseas, espolvorea un poco de azúcar por encima de cada rosquilla antes de hornear.

Paso 6: Hornear

1. Precalienta el horno a 180°C con calor arriba y abajo.
2. Hornea las rosquillas durante 12-15 minutos, o hasta que veas que están doradas por fuera. Asegúrate de vigilarlas para que no se quemen.
3. Retíralas del horno y déjalas enfriar sobre una rejilla.