. Preparar los ingredientes

Comienza midiendo todos los ingredientes. En una cacerola grande, vierte el litro de leche y el azúcar. Es importante que la cacerola sea lo suficientemente grande para evitar derrames, ya que la mezcla aumentará su volumen cuando hierva.

2. Agregar el bicarbonato

En un vaso pequeño, disuelve el bicarbonato de sodio en una pequeña cantidad de agua (aproximadamente una cucharada). Luego, agrega esta mezcla a la leche con azúcar. El bicarbonato ayuda a evitar la cristalización del azúcar y es el responsable de que el dulce de leche adquiera su color marrón.

3. Cocinar a fuego medio

Lleva la cacerola al fuego y caliéntala a temperatura media. Remueve constantemente con una cuchara de madera para evitar que la mezcla se pegue al fondo. Este es un paso crucial, ya que la mezcla tiende a pegarse y quemarse si no se agita continuamente.

4. Reducir el fuego

Cuando la mezcla comience a hervir, baja el fuego al mínimo. Aquí comienza el proceso largo de caramelización. Continúa removiendo de manera constante. Es importante estar atento porque la mezcla comenzará a espesar y tomar un color dorado con el tiempo.

Este proceso de cocción a fuego lento puede tardar entre 1 y 2 horas, dependiendo de la consistencia deseada. Si prefieres un dulce de leche más espeso, simplemente deja que se cocine por más tiempo, pero siempre asegúrate de revolver continuamente para evitar que se queme o se formen grumos.

5. Agregar la vainilla

Una vez que el dulce de leche haya alcanzado el espesor que deseas, retira la cacerola del fuego. Añade la cucharadita de esencia de vainilla y mezcla bien. Aunque este paso es opcional, la vainilla aporta un toque extra de sabor que realza la suavidad del dulce de leche.

6. Dejar enfriar

Vierte el dulce de leche en un frasco de vidrio o en un recipiente limpio. Deja que se enfríe a temperatura ambiente antes de taparlo. Una vez frío, guárdalo en el refrigerador. Se mantendrá fresco por varias semanas.