Ingredients
- 1 cebolla picada
- 2 dientes de ajo picados
- 4 pechugas de pollo
- 4 patatas medianas, peladas y cortadas en rodajas
- 200 ml de nata para cocinar (crema de leche)
- 150 g de queso rallado (cheddar, gouda o tu queso preferido)
- 1 taza de caldo de pollo
- Aceite de oliva
- Sal y pimienta al gusto
- Perejil fresco picado (opcional)
Instructions
1. Preparar las patatas:
Precalienta el horno a 200°C (392°F). Mientras el horno se calienta, pela las patatas y córtalas en rodajas finas. Colócalas en una bandeja para hornear, distribuyéndolas uniformemente. Rocía las rodajas de patata con un chorrito de aceite de oliva, y sazónalas con sal y pimienta al gusto. Hornea durante 20-25 minutos, hasta que las patatas estén doradas y tiernas. Este paso es crucial para asegurarte de que las patatas tengan una textura crujiente por fuera y suave por dentro.
2. Cocinar el pollo:
Mientras las patatas se hornean, prepara el pollo. Sazona las 4 pechugas de pollo con sal y pimienta por ambos lados. En una sartén grande, calienta un poco de aceite de oliva a fuego medio-alto. Añade las pechugas de pollo a la sartén y cocínalas durante 6-8 minutos por cada lado, o hasta que estén bien doradas y completamente cocidas por dentro. Retira el pollo de la sartén y resérvalo en un plato aparte. Este paso garantiza que el pollo mantenga su jugosidad.
3. Hacer la salsa de queso:
En la misma sartén donde cocinaste el pollo, añade un poco más de aceite de oliva si es necesario. Sofríe la cebolla picada y los 2 dientes de ajo picados a fuego medio. Cocina durante unos 5 minutos o hasta que la cebolla esté transparente y el ajo esté fragante y ligeramente dorado. A continuación, vierte la taza de caldo de pollo en la sartén. Deja que el caldo hierva suavemente durante unos 5 minutos para que se reduzca ligeramente y concentre su sabor.
4. Incorporar la nata y el queso:
Reduce el fuego a bajo y añade los 200 ml de nata para cocinar al caldo. Remueve bien para combinar los ingredientes. Poco a poco, agrega los 150 g de queso rallado, revolviendo constantemente para que el queso se derrita de manera uniforme y se integre bien con la nata. La salsa debe volverse cremosa y suave, sin grumos. Si es necesario, ajusta la sazón añadiendo más sal y pimienta al gusto.
5. Unir todo:
Devuelve las pechugas de pollo a la sartén, colocándolas dentro de la salsa de queso. Cocina a fuego lento durante otros 5 minutos, permitiendo que el pollo absorba el sabor de la salsa y se mantenga caliente. Este paso también ayuda a que la salsa espese un poco más y cubra bien las pechugas.
6. Servir:
Para servir, coloca una porción de las patatas horneadas en cada plato y añade una pechuga de pollo encima. Vierte una generosa cantidad de salsa de queso sobre el pollo y las patatas. Si lo deseas, decora con un poco de perejil fresco picado para añadir color y un toque de frescura al plato.