1. Precalentar el horno

Precalienta el horno a 180°C (350°F) para que esté a la temperatura adecuada cuando el bizcocho esté listo para hornear.

2. Preparar la mezcla del bizcocho

En un bol grande, bate los 3 huevos junto con los 200 g de azúcar. Es importante batir hasta que la mezcla blanquee y adquiera una textura espumosa. Esto asegurará que el pastel quede ligero y esponjoso.

3. Añadir el aceite y el yogur

Incorpora los 150 ml de aceite de girasol y los 125 g de yogur natural o de limón a la mezcla de huevos y azúcar. Mezcla bien hasta que todos los ingredientes estén completamente integrados.

4. Incorporar el limón

Añade el zumo de 1 limón y la ralladura de 1 limón a la mezcla. Remueve con cuidado para que el sabor cítrico del limón se distribuya de manera uniforme por toda la masa.

5. Tamizar los ingredientes secos

Tamiza los 200 g de harina junto con el sobre de levadura química (polvo de hornear) y agrégalo poco a poco a la mezcla. Remueve suavemente con una espátula o una batidora a baja velocidad, asegurándote de que no queden grumos y que la masa quede homogénea.

6. Verter la mezcla en el molde

Engrasa un molde para pastel con mantequilla o aceite y vierte la mezcla en él. Puedes usar un molde redondo o rectangular, según tu preferencia.

7. Hornear

Hornea el bizcocho en el horno precalentado durante 35-40 minutos. Para saber si está listo, inserta un palillo en el centro del pastel; si sale limpio, significa que el pastel está cocido. Si no, deja hornear unos minutos más y vuelve a comprobar.

8. Dejar enfriar

Saca el bizcocho del horno y déjalo enfriar completamente antes de añadir el glaseado. Es importante no añadir el glaseado mientras el bizcocho esté caliente, ya que podría derretirse demasiado rápido.

9. Preparar el glaseado

En un bol pequeño, mezcla los 200 g de leche condensada con el zumo de 1 limón. Remueve hasta obtener una consistencia ligeramente espesa y suave.

10. Decorar el bizcocho

Vierte el glaseado sobre el bizcocho enfriado, dejando que se deslice por los bordes de manera uniforme. Para un toque final, espolvorea ralladura de limón por encima del glaseado, lo que le dará un toque visual atractivo y potenciará el sabor cítrico.