1. Mezclar los Ingredientes Líquidos

En un bol grande, combina las dos tazas de crema de leche (nata para montar) y la taza de leche condensada. Usa una batidora de mano o una batidora eléctrica a velocidad media para mezclar los ingredientes. Bate hasta que la mezcla esté bien combinada y ligeramente espumosa. Este paso es clave para asegurarse de que el helado tenga una textura suave.

2. Incorporar el Cacao en Polvo

Agrega 1/2 taza de cacao en polvo sin azúcar, una cucharadita de extracto de vainilla y una pizca de sal a la mezcla de crema. Continúa batiendo hasta que todos los ingredientes estén completamente integrados. Asegúrate de que no queden grumos de cacao en la mezcla; si es necesario, tamiza el cacao antes de agregarlo.

3. Verter en el Molde

Una vez que la mezcla esté suave y bien integrada, viértela en un recipiente hermético o un molde para helado. Puedes usar cualquier tipo de recipiente apto para congelador, pero es importante que sea hermético para evitar que se formen cristales de hielo en el helado.

4. Congelar

Coloca el recipiente en el congelador y deja que el helado repose durante al menos 4-6 horas, o hasta que esté firme. Para obtener una textura óptima, asegúrate de no abrir el congelador con frecuencia durante este proceso, ya que los cambios de temperatura pueden afectar la consistencia del helado.

5. Servir

Una vez que el helado esté completamente congelado, saca el recipiente del congelador. Deja reposar el helado a temperatura ambiente durante unos minutos para que sea más fácil porcionarlo. Luego, sirve el helado en conos o copas y disfruta de esta delicia de chocolate.