. Preparar los calabacines:

• Lava bien los calabacines bajo el grifo para eliminar cualquier suciedad.
• Corta los calabacines a lo largo en rodajas de aproximadamente 1 cm de grosor. Si prefieres filetes más finos o más gruesos, puedes ajustar el grosor a tu gusto.

2. Saltear el ajo:

• En una sartén grande, calienta las 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra a fuego medio.
• Añade los 3 dientes de ajo finamente picados y saltéalos durante 1-2 minutos. El objetivo es que liberen su fragancia, pero sin dejar que se doren demasiado, ya que el ajo quemado puede aportar un sabor amargo.

3. Cocinar los filetes de calabacín:

• Coloca las rodajas de calabacín en la sartén, asegurándote de que todas estén en una sola capa para que se cocinen de manera uniforme.
• Cocina cada lado de los filetes de calabacín durante unos 3-4 minutos. Notarás que están listos cuando estén tiernos y ligeramente dorados.
• A medida que se cocinan, sazona los filetes con sal y pimienta al gusto.

4. Añadir el queso:

• Una vez que los filetes de calabacín estén casi cocidos, espolvorea los 100 g de queso rallado sobre las rodajas.
• Deja que se cocinen unos minutos más hasta que el queso se derrita completamente y adquiera una textura dorada y crujiente.

5. Servir:

• Retira los filetes de calabacín de la sartén con cuidado y colócalos en un plato para servir.
• Si lo deseas, añade un poco de perejil fresco picado para darle un toque de color y frescura. Esto también realzará el sabor del plato