1. Preparar las verduras:

Comienza por lavar y preparar todos los ingredientes. Corta los pepinos en rodajas finas para que resulten crujientes pero fáciles de morder. Seguidamente, corta la cebolla roja en tiras delgadas, lo que ayudará a equilibrar su sabor fuerte. Parte los tomates cherry por la mitad para liberar su jugo y añade un toque dulce a la ensalada. Finalmente, corta el queso feta en cubos medianos para que se mezclen bien con los demás ingredientes.

2. Montar la ensalada:

En un tazón grande o ensaladera, mezcla las rodajas de pepino, los tomates cherry partidos, las tiras de cebolla roja y las aceitunas Kalamata y verdes. Si prefieres un sabor más intenso, puedes aumentar la cantidad de aceitunas Kalamata, ya que su sabor salado es un clásico en la cocina griega. Asegúrate de que los ingredientes estén bien distribuidos para que cada bocado contenga una buena combinación de sabores. Agrega los cubos de queso feta al final para que se mantengan enteros y no se desmoronen antes de tiempo.

3. Sazonar y aderezar:

Sazona la ensalada con sal y pimienta al gusto. Luego, espolvorea el orégano seco, que le dará ese toque característico de la cocina griega, y el perejil fresco picado, que añadirá frescura y color al plato. Rocía la mezcla con el aceite de oliva virgen extra, asegurándote de que cada ingrediente quede bien cubierto para realzar los sabores naturales de las verduras y el queso. Finalmente, añade el vinagre de vino tinto, que aportará una acidez suave y equilibrada.

4. Mezclar y servir:

Remueve la ensalada suavemente, tratando de no romper los cubos de queso feta ni aplastar los tomates cherry. Mezcla hasta que todos los ingredientes estén bien cubiertos con el aderezo de aceite de oliva y vinagre. Sirve la ensalada inmediatamente para disfrutar de su frescura. Esta ensalada griega clásica es perfecta para acompañar cualquier comida o como un plato principal ligero.