Preparar la lechuga:

1. Lavar la lechuga: Lava bien la lechuga romana con agua fría para eliminar cualquier suciedad o residuo. Luego sécala usando una centrifugadora de ensaladas o con toallas de papel. Es importante que la lechuga esté bien seca para que el aderezo se adhiera correctamente.
2. Cortar la lechuga: Corta la lechuga en trozos del tamaño de un bocado. Coloca los trozos de lechuga en un bol grande para tenerlos listos cuando ensambles la ensalada.

Hacer el aderezo:

1. Machacar las anchoas y el ajo (opcional): Si decides usar anchoas, machácalas junto con los dientes de ajo hasta formar una pasta. Puedes hacerlo con el dorso de un cuchillo o con un mortero. Si prefieres omitir las anchoas, simplemente machaca el ajo solo.
2. Mezclar los ingredientes húmedos: En un bol pequeño, mezcla el ajo (y las anchoas, si las estás usando) con el jugo de limón, la mostaza de Dijon y el huevo. Bate bien hasta que todos los ingredientes estén bien combinados.
3. Añadir el aceite de oliva: Poco a poco, añade la ½ taza de aceite de oliva extra virgen mientras continúas batiendo. Es importante añadir el aceite lentamente para que el aderezo emulsione correctamente y adquiera una textura cremosa.
4. Incorporar el queso parmesano: Añade el ¼ de taza de queso parmesano rallado al aderezo y mezcla bien. Esto le dará aún más sabor y cremosidad.
5. Sazonar: Finalmente, sazona el aderezo con sal y pimienta al gusto. Recuerda que el queso parmesano y las anchoas (si las usas) ya son salados, así que ajusta la cantidad de sal con cuidado.