Paso 1: Precalentar el horno

• Precalienta el horno a 200°C. Forra una bandeja para hornear con papel de horno o utiliza una alfombrilla de silicona para evitar que los calabacines se peguen y para facilitar la limpieza.

Paso 2: Preparar los calabacines

• Lava los calabacines y sécalos con un paño limpio.
• Corta los extremos de los calabacines y, con un cuchillo afilado, pártelos a lo largo por la mitad. Esto creará las “barquitas” que servirán como base para el aderezo de mantequilla y queso.

Paso 3: Colocar en la bandeja

• Coloca las mitades de calabacín en la bandeja preparada, con la piel hacia abajo y la pulpa hacia arriba. Esto permitirá que se asen de manera uniforme y que los sabores penetren mejor.

Paso 4: Marcar los calabacines

• Usa un tenedor para hacer dos líneas superficiales en la parte interior del calabacín (la pulpa). Esto ayudará a que la mantequilla y las especias se absorban mejor durante el horneado.

Paso 5: Añadir la mantequilla

• Con una brocha de cocina o una cuchara, unta la mantequilla derretida sobre las mitades de calabacín, cubriendo toda la superficie marcada. La mantequilla dará sabor y ayudará a dorar los calabacines.

Paso 6: Sazonar y espolvorear

• Espolvorea generosamente ajo en polvo sobre los calabacines, ajustando la cantidad según tu preferencia.
• Añade una capa uniforme de queso parmesano rallado por encima de los calabacines. El parmesano se derretirá y se dorará, creando una costra crujiente y sabrosa.
• Termina con una pizca de pimienta negra recién molida y una pizca de sal gruesa al gusto para realzar el sabor.

Paso 7: Hornear

• Coloca la bandeja en el horno precalentado y hornea los calabacines durante 20-25 minutos, o hasta que estén tiernos. El queso parmesano debe estar dorado y ligeramente crujiente.
• Para asegurarte de que los calabacines están bien cocidos, puedes pincharlos con un tenedor; deben sentirse suaves, pero no deshacerse.