Paso 1: Preparar los calabacines

Ralla los calabacines y colócalos en un colador. Espolvorea con un poco de sal para ayudar a que liberen el exceso de agua. Deja reposar durante 10-15 minutos para que el proceso sea más efectivo. Después, usa tus manos o un paño limpio para exprimir los calabacines rallados y eliminar la mayor cantidad de líquido posible. Este paso es crucial para evitar que los buñuelos queden demasiado blandos.

Paso 2: Mezclar los ingredientes

En un bol grande, combina los calabacines escurridos con las zanahorias ralladas y las patatas ralladas. Añade la cebolleta picada, los huevos, el ajo picado, las 3 cucharadas de sémola, la sal y la pimienta negra al gusto. Mezcla bien todos los ingredientes hasta que estén bien integrados. La mezcla debe ser consistente, pero no demasiado líquida.

Paso 3: Cocinar los buñuelos

Calienta una sartén con un poco de aceite a fuego medio. Toma porciones de la mezcla con una cuchara y colócalas en la sartén, presionando ligeramente con el dorso de la cuchara para formar pequeños buñuelos. Cocina cada buñuelo durante 3-4 minutos por cada lado, hasta que estén dorados y crujientes. Asegúrate de no amontonar demasiado los buñuelos en la sartén para que se cocinen de manera uniforme. Una vez cocidos, colócalos sobre papel de cocina para eliminar el exceso de aceite.

Paso 4: Preparar la salsa cremosa de ajo

Mientras los buñuelos se cocinan, puedes preparar la salsa. En un tazón pequeño, mezcla los 60 gramos de mayonesa con los 60 gramos de yogur griego y el ajo picado al gusto. Remueve bien hasta obtener una salsa homogénea y cremosa. Si prefieres una salsa más ligera, puedes ajustar la cantidad de ajo o añadir más yogur.

Paso 5: Servir los buñuelos

Sirve los buñuelos de calabacín recién cocidos, acompañados de la salsa cremosa de ajo. Puedes disfrutar estos buñuelos como un aperitivo, una guarnición o incluso como plato principal acompañado de una ensalada fresca.