1. Precalentar el horno

Antes de comenzar con la preparación de la masa, precalienta el horno a 180°C (350°F). Asegúrate de que esté bien caliente al momento de introducir el bizcocho, lo que garantizará una cocción uniforme. Prepara una bandeja rectangular forrándola con papel encerado o de hornear para evitar que el bizcocho se pegue.

2. Separar los huevos

Divide las claras de las yemas en dos tazones distintos. Este paso es importante porque las claras serán batidas a punto de nieve, lo que le dará al bizcocho su textura esponjosa.

3. Batir las claras

En un bol grande, comienza a batir las claras de huevo con una pizca de sal. Bate hasta que las claras formen picos suaves. Luego, añade 60 g de azúcar poco a poco, sin dejar de batir, hasta que se formen picos firmes, creando un merengue firme y brillante.

4. Batir las yemas

En otro tazón, bate las yemas junto con los 60 g de azúcar restantes. Bate hasta que la mezcla se vuelva pálida y esponjosa, lo que indica que las yemas han incorporado suficiente aire. Añade la esencia de vainilla y bate un poco más para que se integre completamente.

5. Incorporar las claras a las yemas

Con movimientos suaves y envolventes, mezcla las claras batidas con las yemas. Este paso debe hacerse con cuidado para no perder el aire que le dará volumen al bizcocho.

6. Añadir la harina

Tamiza la harina directamente sobre la mezcla de claras y yemas, y mézclala con movimientos envolventes hasta que esté completamente integrada. La tamización ayuda a evitar grumos y garantiza una textura ligera.

7. Extender la masa

Vierte la mezcla en la bandeja preparada con papel de hornear y extiéndela de manera uniforme usando una espátula. Asegúrate de que la masa cubra toda la superficie de la bandeja de forma homogénea para que el bizcocho se hornee de manera uniforme.

8. Hornear

Hornea el bizcocho en el horno precalentado durante 10-12 minutos, o hasta que el bizcocho esté dorado y, al presionarlo suavemente, vuelva a su forma original. Este es un signo de que el bizcocho está listo.

9. Desmoldar y enrollar

Una vez que el bizcocho esté listo, desmóldalo inmediatamente sobre un paño de cocina limpio y ligeramente húmedo. Retira con cuidado el papel de hornear. Con ayuda del paño, enrolla el bizcocho mientras aún está caliente. Este paso es crucial para que el bizcocho tome la forma correcta sin romperse. Deja que se enfríe completamente en esta forma enrollada.

10. Rellenar el bizcocho

Cuando el bizcocho esté completamente frío, desenróllalo cuidadosamente y extiende una capa uniforme de mermelada de albaricoque sobre toda la superficie. Vuelve a enrollar el bizcocho, esta vez sin el paño.

11. Decorar

Espolvorea el brazo de reina con azúcar glas al gusto. Si lo deseas, también puedes decorar con un poco de coco rallado, que le añade un toque de textura y sabor tropical.

12. Refrigerar

Finalmente, refrigera el brazo de reina durante al menos una hora antes de servirlo. Esto permitirá que los sabores se asienten y que el postre sea más fácil de cortar en porciones perfectas.