1. Mezclar los Ingredientes Secos

• En un bol grande, combina 500 g de harina de trigo, 100 g de azúcar, 7 g de levadura seca y una pizca de sal. Mezcla bien todos los ingredientes secos para que la levadura se distribuya uniformemente.

2. Preparar los Ingredientes Líquidos

• En otro bol, mezcla 250 ml de leche tibia, 75 g de mantequilla derretida (deja que enfríe un poco antes de mezclarla), 1 huevo ligeramente batido y 1 cucharadita de extracto de vainilla (si decides usarla). Asegúrate de que la leche no esté demasiado caliente para no matar la levadura.

3. Combinar los Ingredientes Secos y Líquidos

• Vierte la mezcla de los ingredientes líquidos sobre los ingredientes secos. Mezcla con una cuchara de madera o una espátula hasta que se forme una masa suave y ligeramente pegajosa. Si la masa está demasiado húmeda, agrega un poco más de harina (poco a poco, hasta que sea manejable, pero no seca).

4. Amasar la Masa

• Transfiere la masa a una superficie ligeramente enharinada y comienza a amasarla. Debes amasar durante unos 8-10 minutos hasta que la masa esté suave, elástica y no se pegue a tus manos. Este paso es crucial para activar el gluten en la harina, lo que le dará a los bollos su textura ligera y aireada.

5. Dejar Reposar la Masa

• Coloca la masa en un bol grande ligeramente engrasado, cúbrelo con un paño húmedo o plástico y deja reposar en un lugar cálido durante 1 hora, o hasta que la masa haya duplicado su tamaño. Este proceso de fermentación es clave para que los bollos adquieran su esponjosidad característica.

6. Formar los Bollos

• Una vez que la masa haya subido, desgasifícala suavemente presionando para liberar el aire. Divide la masa en 12 porciones iguales. Para hacerlo, puedes pesar la masa total y dividirla en partes iguales o simplemente hacerlo a ojo.
• Toma una porción de masa, aplánala ligeramente con las manos y coloca un trozo de chocolate en el centro. Luego, cierra la masa formando una bola, asegurándote de que el chocolate quede bien sellado dentro para evitar que se salga durante la cocción.

7. Preparar para Hornear

• Coloca las bolas de masa rellenas en una bandeja para hornear forrada con papel pergamino, dejando suficiente espacio entre ellas para que crezcan durante la cocción.
• Espolvorea generosamente azúcar sobre la parte superior de cada bollo. Esto le dará un acabado crujiente y dulce a los bollos una vez horneados.

8. Dejar Reposar por Segunda Vez

• Deja que los bollos reposen durante unos 15-20 minutos adicionales en la bandeja antes de hornearlos. Esto permitirá que suban un poco más, lo que contribuirá a que estén más ligeros y esponjosos.

9. Hornear los Bollos

• Precalienta el horno a 180°C (350°F). Hornea los bollos durante 15-20 minutos, o hasta que estén dorados en la parte superior y cocidos por dentro. Puedes verificar si están listos tocándolos suavemente; deben sentirse firmes pero no demasiado duros.

10. Dejar Enfriar y Disfrutar

• Saca los bollos del horno y déjalos enfriar un poco antes de servirlos. De esta manera, el chocolate interior se asentará un poco, evitando que esté demasiado caliente al morder.