Ingredients
- 3 huevos
- 1 taza de leche
- 1 taza de azúcar
- 1/2 taza de aceite (puedes usar aceite de girasol o de oliva, según prefieras)
- 2 tazas de harina de trigo
- 1 cucharada de polvo de hornear
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
- Una pizca de sal
Instructions
1. Precalentar el horno
Antes de empezar a preparar la masa, es importante que el horno esté listo. Precalienta el horno a 180°C (350°F) para asegurar que el bizcocho se cocine uniformemente.
2. Mezclar los ingredientes líquidos
En una licuadora, agrega el azúcar, el aceite, los huevos, la leche y la esencia de vainilla. Licúa todo a velocidad media-alta hasta que obtengas una mezcla homogénea y suave. Este paso es crucial para que todos los ingredientes líquidos se integren perfectamente.
3. Incorporar los ingredientes secos
Una vez que los ingredientes líquidos estén bien mezclados, agrega la harina de trigo, el polvo de hornear y la pizca de sal. Vuelve a licuar la mezcla hasta que los ingredientes secos se incorporen por completo. Debes licuar durante unos minutos para asegurarte de que no queden grumos y de que la masa tenga una consistencia suave y sin aire excesivo.
4. Preparar el molde
Mientras la masa está lista, engrasa un molde para bizcocho con un poco de mantequilla y espolvorea ligeramente con harina. También puedes usar papel para hornear si prefieres una opción que facilite el desmoldado. Esto evitará que el bizcocho se pegue al molde y garantizará un desmoldado perfecto.
5. Verter y hornear
Vierte la mezcla de la licuadora en el molde que has preparado. Asegúrate de que la mezcla esté bien distribuida. Luego, lleva el molde al horno precalentado y hornea durante 30 a 35 minutos. Puedes verificar si el bizcocho está listo introduciendo un palillo en el centro; si sale limpio, el bizcocho está listo. En caso contrario, deja unos minutos más, vigilando de cerca para que no se queme.
6. Dejar enfriar y desmoldar
Una vez que el bizcocho esté cocido, retíralo del horno y déjalo enfriar en el molde durante unos 10 minutos. Este paso es esencial para evitar que se rompa al desmoldar. Pasados los 10 minutos, desmóldalo con cuidado y colócalo en una rejilla para que se enfríe completamente antes de servir.