Description
La receta de bisquets caseros se compone de una mezcla de harina de trigo, mantequilla fría, leche y algunos ingredientes básicos de repostería como el polvo para hornear, el azúcar y la sal. El secreto de unos buenos bisquets radica en la textura de la masa y la incorporación adecuada de la mantequilla, lo que resulta en un pan esponjoso con una deliciosa capa crujiente.
Ingredients
Para preparar estos deliciosos bisquets caseros, necesitarás los siguientes ingredientes:
- 2 tazas de harina de trigo: El ingrediente base para formar la masa.
- 1/2 taza de leche: Para darle suavidad y cohesión a la masa.
- 2 cucharadas de azúcar: Para añadir un toque leve de dulzor a los bisquets.
- 1/2 taza de mantequilla fría (en cubos): La clave para obtener esa textura ligera y esponjosa.
- 1 cucharada de polvo para hornear: Ayuda a que los bisquets se levanten y queden esponjosos.
- 1/2 cucharadita de sal: Realza el sabor general de los bisquets.
- 1 huevo: Para barnizar los bisquets y darles un acabado dorado brillante.
- Mantequilla extra: Ideal para servir los bisquets calientes.
Equipo de Cocina:
- Cortador de masa o un cuchillo afilado
- Rodillo
- Cortador redondo o el borde de un vaso
- Bandeja para hornear
- Papel pergamino o una bandeja antiadherente
Instructions
Paso 1: Precalentar el Horno
Precalienta tu horno a 200°C (390°F). Asegúrate de que el horno esté completamente caliente antes de meter los bisquets, ya que esto permitirá que se cocinen de manera uniforme y se doren correctamente.
Paso 2: Mezclar los Ingredientes Secos
En un bol grande, tamiza la harina de trigo, el polvo para hornear, el azúcar y la sal. Mezcla bien estos ingredientes para asegurarte de que estén bien distribuidos, lo que garantizará que los bisquets se levanten uniformemente al hornearse.
Paso 3: Incorporar la Mantequilla Fría
Añade los cubos de mantequilla fría a la mezcla de harina. Usa un cortador de masa o las yemas de tus dedos para desmenuzar la mantequilla, integrándola con la harina hasta obtener una mezcla con textura arenosa y pequeños trozos de mantequilla. Este paso es crucial, ya que la mantequilla fría es lo que le dará a los bisquets su textura hojaldrada y esponjosa.
Paso 4: Añadir la Leche
Vierte la leche poco a poco sobre la mezcla de harina y mantequilla. Utiliza una espátula o tus manos para combinar los ingredientes, formando una masa suave pero no pegajosa. Evita trabajar demasiado la masa, ya que esto podría endurecer los bisquets. Solo mezcla hasta que la masa esté cohesiva.
Paso 5: Formar los Bisquets
En una superficie ligeramente enharinada, extiende la masa con un rodillo hasta que tenga un grosor de aproximadamente 1.5 cm. Asegúrate de no dejar la masa demasiado delgada para que los bisquets puedan crecer y quedar esponjosos.
Con un cortador redondo o el borde de un vaso, corta círculos de la masa. Junta los restos de masa y vuelve a estirarla para cortar más bisquets hasta que hayas utilizado toda la masa.
Paso 6: Barnizar los Bisquets
Coloca los bisquets en una bandeja para hornear forrada con papel pergamino o ligeramente engrasada. Deja un pequeño espacio entre cada bisquet para que no se peguen entre sí al crecer.
Bate el huevo en un pequeño tazón y usa una brocha para barnizar la parte superior de cada bisquet. Este paso les dará un acabado dorado y brillante cuando se horneen.
Paso 7: Hornear los Bisquets
Hornea los bisquets en el horno precalentado durante 12-15 minutos, o hasta que estén dorados en la parte superior. El tiempo de cocción puede variar ligeramente dependiendo de tu horno, así que vigílalos después de los primeros 12 minutos. Estarán listos cuando hayan subido y estén bien dorados por fuera.
Paso 8: Servir
Retira los bisquets del horno y déjalos enfriar durante unos minutos. Sírvelos calientes con mantequilla, mermelada, miel o incluso frijoles refritos para una opción salada. ¡Disfruta de su deliciosa textura suave y esponjosa!