Salsa de Tomate en Conserva: Un Clásico para Disfrutar Todo el Año

Introducción

La salsa de tomate en conserva es una receta tradicional que permite capturar el sabor fresco de los tomates en su punto más álgido, para disfrutarlo durante todo el año. Hacer tu propia salsa de tomate casera no solo es una opción más saludable y deliciosa que las versiones comerciales, sino que también te da la flexibilidad de ajustar los sabores a tu gusto. Esta salsa es una base versátil para innumerables platos de pasta, guisos, pizzas, y más, haciendo que valga la pena preparar una buena cantidad para almacenar.

Resumen de la Receta

Esta receta de salsa de tomate en conserva utiliza tomates frescos, ajo, cebolla y un toque de zanahoria para equilibrar la acidez. Con la adición de hierbas como el orégano y la albahaca, y una pizca de azúcar para suavizar los sabores, la salsa se cocina lentamente para obtener una textura rica y concentrada. El proceso de conserva asegura que puedas almacenar la salsa por meses, lista para usarse en cualquier momento que desees preparar un plato delicioso.

Historia y Origen

La salsa de tomate ha sido un ingrediente básico en la cocina mediterránea desde que los tomates fueron introducidos en Europa tras su descubrimiento en las Américas. A lo largo de los siglos, su uso se expandió rápidamente en diversas culturas, convirtiéndose en una base esencial para una amplia gama de platos, especialmente en Italia, donde la salsa de tomate es la base de muchas recetas icónicas. La práctica de conservar alimentos en tarros de vidrio para prolongar su vida útil se popularizó en el siglo XIX, permitiendo a las familias disfrutar de los productos de temporada durante todo el año.

Ingredientes

  • 1 cucharada de sal
  • 1 cucharadita de orégano seco
  • 4 dientes de ajo, picados
  • 2 kg de tomates maduros (preferiblemente tipo Roma o pera)
  • 1 cebolla mediana, finamente picada
  • 1 zanahoria mediana, finamente picada (opcional, para reducir la acidez)
  • 1 cucharada de azúcar (para equilibrar la acidez del tomate)
  • 2 cucharadas de aceite de oliva
  • 1 cucharadita de albahaca seca o fresca (opcional)
  • 1 cucharada de vinagre de manzana o vinagre blanco (opcional, para mejorar la conservación)
  • Tarros de vidrio esterilizados con tapas herméticas

Instrucciones:

  1. Preparación de los tomates:
    • Lava bien los tomates. Haz una cruz en la parte inferior de cada tomate con un cuchillo afilado; este corte superficial facilitará el pelado.
    • Llena una olla grande con agua y ponla a hervir. Cuando el agua esté hirviendo, introduce los tomates por aproximadamente 1 minuto o hasta que la piel comience a desprenderse.
    • Retira los tomates del agua caliente y colócalos inmediatamente en un bol grande con agua fría o agua con hielo. Esto detendrá el proceso de cocción y hará que sea más fácil pelarlos.
    • Pela los tomates retirando la piel que se ha soltado. Luego, córtalos en trozos grandes y reserva.
  2. Sofrito de base:
    • En una cacerola grande, calienta las 2 cucharadas de aceite de oliva a fuego medio.
    • Agrega la cebolla picada, el ajo y la zanahoria si has decidido utilizarla. Sofríe estos ingredientes hasta que estén tiernos y ligeramente dorados, lo que tomará aproximadamente 5 minutos.
  3. Cocción de la salsa:
    • Añade los tomates picados a la cacerola y revuelve bien para combinar con la cebolla, el ajo y la zanahoria.
    • Cocina a fuego lento durante unos 30-40 minutos, removiendo ocasionalmente. La mezcla debe reducirse y espesarse a medida que el agua de los tomates se evapora.
    • Durante este tiempo, asegúrate de ajustar la temperatura si es necesario para evitar que la salsa se pegue al fondo de la cacerola.
  4. Añadir sabor:
    • Una vez que la salsa haya espesado, agrega la sal, el azúcar, el orégano, la albahaca (si la usas) y el vinagre. Revuelve bien para asegurarte de que los condimentos se distribuyan uniformemente.
    • Deja cocinar la salsa durante 10 minutos adicionales para que los sabores se mezclen completamente. Prueba la salsa y ajusta la sal, azúcar o vinagre según tu preferencia.
  5. Esterilización de los tarros:
    • Mientras la salsa se cocina, esteriliza los tarros de vidrio. Coloca los tarros y las tapas en una olla grande con agua hirviendo y deja que hiervan durante al menos 10 minutos. Esto matará cualquier bacteria que pueda arruinar la conserva.
    • Retira los tarros con cuidado usando pinzas, colócalos sobre un paño limpio y déjalos secar al aire.
  6. Llenado de los tarros:
    • Llena los tarros esterilizados con la salsa de tomate caliente, dejando un espacio de aproximadamente 2 cm en la parte superior de cada tarro.
    • Limpia cuidadosamente los bordes de los tarros con un paño limpio y seco para asegurarte de que no quede salsa en los bordes, lo cual podría afectar el sellado.
    • Coloca las tapas herméticamente.
  7. Proceso de enlatado:
    • Coloca los tarros llenos en una olla grande con agua hirviendo, asegurándote de que el agua cubra completamente los tarros. Este proceso es conocido como el “baño de agua”.
    • Hierve los tarros durante 20-30 minutos para garantizar un buen sellado y una conservación segura.
  8. Enfriado y almacenamiento:
    • Retira los tarros del agua hirviendo con cuidado y colócalos sobre una superficie resistente al calor para que se enfríen. A medida que los tarros se enfrían, escucharás un “clic” si las tapas se han sellado correctamente.
    • Una vez fríos, verifica que las tapas estén bien selladas presionando en el centro; no deberían moverse ni hacer ruido.
    • Almacena los tarros en un lugar fresco y oscuro. La salsa de tomate en conserva puede durar hasta 12 meses si se almacena adecuadamente.

Sugerencias de Acompañamiento y Servicio

Esta salsa de tomate en conserva es increíblemente versátil. Puedes utilizarla en una variedad de recetas como:

  • Salsa base para pasta o lasaña.
  • Como topping para pizzas.
  • Incorporada en guisos y estofados.
  • Como acompañamiento de carnes o verduras a la parrilla.

Si prefieres una salsa más suave, puedes procesarla en una licuadora antes de embotellarla para obtener una textura más fina.

Variaciones de la Receta

  • Salsa con especias adicionales: Puedes agregar otras especias como pimienta negra, hojas de laurel o un toque de chile en polvo para una versión más picante.
  • Salsa con vegetales adicionales: Para una versión más nutritiva, incorpora pimientos o apio a la mezcla de vegetales en el sofrito.
  • Salsa sin azúcar: Si prefieres evitar el azúcar, puedes omitirla o sustituirla por un edulcorante natural como la miel o una pizca de bicarbonato de sodio para reducir la acidez.

Beneficios para la Salud

Los tomates son una fuente rica en antioxidantes, especialmente el licopeno, que ha sido relacionado con una menor incidencia de enfermedades cardíacas y ciertos tipos de cáncer. Al preparar tu propia salsa de tomate en conserva, puedes controlar la cantidad de sal y azúcar, lo que la hace una opción más saludable que las versiones comerciales que a menudo contienen conservantes y altos niveles de sodio. Además, los ingredientes frescos y naturales aseguran una mejor calidad nutricional.

Preguntas Frecuentes

  • ¿Puedo usar otros tipos de tomates? Sí, pero los tomates tipo Roma o pera son preferidos por su bajo contenido de agua, lo que permite obtener una salsa más espesa.
  • ¿Es necesario añadir vinagre? No es obligatorio, pero el vinagre ayuda a mejorar la conservación y añade un toque de acidez que equilibra los sabores.
  • ¿Cuánto tiempo puede durar la salsa en conserva? Si se conserva en un lugar fresco y oscuro, puede durar hasta 12 meses.

Conclusión

Preparar salsa de tomate en conserva es una excelente manera de aprovechar los tomates frescos cuando están en temporada. Además de ser deliciosa y versátil, esta receta es fácil de personalizar según tus preferencias. Con un poco de tiempo y esfuerzo, puedes disfrutar del sabor vibrante de los tomates caseros durante todo el año, sabiendo que has hecho una salsa más saludable y sin aditivos.

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Salsa de Tomate en Conserva: Un Clásico para Disfrutar Todo el Año


  • Author: Sofia

Ingredients

Scale
  • 1 cucharada de sal
  • 1 cucharadita de orégano seco
  • 4 dientes de ajo, picados
  • 2 kg de tomates maduros (preferiblemente tipo Roma o pera)
  • 1 cebolla mediana, finamente picada
  • 1 zanahoria mediana, finamente picada (opcional, para reducir la acidez)
  • 1 cucharada de azúcar (para equilibrar la acidez del tomate)
  • 2 cucharadas de aceite de oliva
  • 1 cucharadita de albahaca seca o fresca (opcional)
  • 1 cucharada de vinagre de manzana o vinagre blanco (opcional, para mejorar la conservación)
  • Tarros de vidrio esterilizados con tapas herméticas

Instructions

  • Preparación de los tomates:
    • Lava bien los tomates. Haz una cruz en la parte inferior de cada tomate con un cuchillo afilado; este corte superficial facilitará el pelado.
    • Llena una olla grande con agua y ponla a hervir. Cuando el agua esté hirviendo, introduce los tomates por aproximadamente 1 minuto o hasta que la piel comience a desprenderse.
    • Retira los tomates del agua caliente y colócalos inmediatamente en un bol grande con agua fría o agua con hielo. Esto detendrá el proceso de cocción y hará que sea más fácil pelarlos.
    • Pela los tomates retirando la piel que se ha soltado. Luego, córtalos en trozos grandes y reserva.
  • Sofrito de base:
    • En una cacerola grande, calienta las 2 cucharadas de aceite de oliva a fuego medio.
    • Agrega la cebolla picada, el ajo y la zanahoria si has decidido utilizarla. Sofríe estos ingredientes hasta que estén tiernos y ligeramente dorados, lo que tomará aproximadamente 5 minutos.
  • Cocción de la salsa:
    • Añade los tomates picados a la cacerola y revuelve bien para combinar con la cebolla, el ajo y la zanahoria.
    • Cocina a fuego lento durante unos 30-40 minutos, removiendo ocasionalmente. La mezcla debe reducirse y espesarse a medida que el agua de los tomates se evapora.
    • Durante este tiempo, asegúrate de ajustar la temperatura si es necesario para evitar que la salsa se pegue al fondo de la cacerola.
  • Añadir sabor:
    • Una vez que la salsa haya espesado, agrega la sal, el azúcar, el orégano, la albahaca (si la usas) y el vinagre. Revuelve bien para asegurarte de que los condimentos se distribuyan uniformemente.
    • Deja cocinar la salsa durante 10 minutos adicionales para que los sabores se mezclen completamente. Prueba la salsa y ajusta la sal, azúcar o vinagre según tu preferencia.
  • Esterilización de los tarros:
    • Mientras la salsa se cocina, esteriliza los tarros de vidrio. Coloca los tarros y las tapas en una olla grande con agua hirviendo y deja que hiervan durante al menos 10 minutos. Esto matará cualquier bacteria que pueda arruinar la conserva.
    • Retira los tarros con cuidado usando pinzas, colócalos sobre un paño limpio y déjalos secar al aire.
  • Llenado de los tarros:
    • Llena los tarros esterilizados con la salsa de tomate caliente, dejando un espacio de aproximadamente 2 cm en la parte superior de cada tarro.
    • Limpia cuidadosamente los bordes de los tarros con un paño limpio y seco para asegurarte de que no quede salsa en los bordes, lo cual podría afectar el sellado.
    • Coloca las tapas herméticamente.
  • Proceso de enlatado:
    • Coloca los tarros llenos en una olla grande con agua hirviendo, asegurándote de que el agua cubra completamente los tarros. Este proceso es conocido como el “baño de agua”.
    • Hierve los tarros durante 20-30 minutos para garantizar un buen sellado y una conservación segura.
  • Enfriado y almacenamiento:
    • Retira los tarros del agua hirviendo con cuidado y colócalos sobre una superficie resistente al calor para que se enfríen. A medida que los tarros se enfrían, escucharás un “clic” si las tapas se han sellado correctamente.
    • Una vez fríos, verifica que las tapas estén bien selladas presionando en el centro; no deberían moverse ni hacer ruido.
    • Almacena los tarros en un lugar fresco y oscuro. La salsa de tomate en conserva puede durar hasta 12 meses si se almacena adecuadamente.

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